Crónicas de mi asistencia a un fotógrafo: Día 1
Canción de Bach
Como una canción de Bach fue el primer día de trabajo. Como si al comienzo pusiéramos rápidos y vibrantes violines y flautas, para terminar con tormentosas y oscuras cuerdas, en medio de una orquesta desenfrenada y caótica.
No es que mi día haya estado repleto de pasiones, es más bien el resultado de una contención desmedida que partió desde la decepción de la mañana, hasta la explosión pausada e inadecuada de la noche.
Comienzo.
Me levanté a las 6 de la mañana del día viernes 28 de julio. Como ya sabrán dormí pésimo, pero estaba alegre, ansiosa de empezar la nueva aventura.
Salí de la casa 10 para las 7, y tomé metro. Debía estar ojala 5 para las 8 en el lugar indicado (que a esa altura no sabía si era departamento o no) que quedaba a unas cuadras de metro escuela militar por Américo Vespucio norte
Pero me perdí, caminé hacia Vespucio Sur en vez de norte (yo no sabía que eran distintos) y llegué tarde a la cita.
Ni un café, ni un respiro, nada, a penas me saludó y me preguntó por la compañera ausente, Sofía, a quien habia pedido ayuda yo y ella me habia dicho que no podia cuando yo ya habia confirmado (las razones y toda esa historia es muy largo de explicar).
me condujo hasta una habitacion junto a la cocina, y me dijo algo que al principio no creí.
habia una pila de desorden por todas partes, ropa, diarios, cuanto cachureo te puedas imaginar, de entre todo eso (que debia salir de ha habitacion) tenia que sacar el equipo de fotografía (flash, antorchas, tripodes, etc) y ordenarlo todo afuera.
Me quité la chaqueta, dejé mi cámara a un lado y me subí las mangas...tenía mucho trabajo por delante
Como una canción de Bach fue el primer día de trabajo. Como si al comienzo pusiéramos rápidos y vibrantes violines y flautas, para terminar con tormentosas y oscuras cuerdas, en medio de una orquesta desenfrenada y caótica.
No es que mi día haya estado repleto de pasiones, es más bien el resultado de una contención desmedida que partió desde la decepción de la mañana, hasta la explosión pausada e inadecuada de la noche.
Comienzo.
Me levanté a las 6 de la mañana del día viernes 28 de julio. Como ya sabrán dormí pésimo, pero estaba alegre, ansiosa de empezar la nueva aventura.
Salí de la casa 10 para las 7, y tomé metro. Debía estar ojala 5 para las 8 en el lugar indicado (que a esa altura no sabía si era departamento o no) que quedaba a unas cuadras de metro escuela militar por Américo Vespucio norte
Pero me perdí, caminé hacia Vespucio Sur en vez de norte (yo no sabía que eran distintos) y llegué tarde a la cita.
Ni un café, ni un respiro, nada, a penas me saludó y me preguntó por la compañera ausente, Sofía, a quien habia pedido ayuda yo y ella me habia dicho que no podia cuando yo ya habia confirmado (las razones y toda esa historia es muy largo de explicar).
me condujo hasta una habitacion junto a la cocina, y me dijo algo que al principio no creí.
habia una pila de desorden por todas partes, ropa, diarios, cuanto cachureo te puedas imaginar, de entre todo eso (que debia salir de ha habitacion) tenia que sacar el equipo de fotografía (flash, antorchas, tripodes, etc) y ordenarlo todo afuera.
Me quité la chaqueta, dejé mi cámara a un lado y me subí las mangas...tenía mucho trabajo por delante
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on viernes, julio 28, 2006 at 4:56 p. m..
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